lunes, 14 de noviembre de 2016

Establecimiento de las referencias espaciales en relación con el propio cuerpo.

Entre los tres y los seis años, el niño experimenta una considerable evolución. Comienza este segundo ciclo de la educación infantil con un precario control de su propio cuerpo, una socialización y una capacidad de comunicación limitadas y un mundo afectivo incipiente. A los seis años, el niño tiene ya un considerable dominio del espacio, un interés por relacionarse con los demás y un universo afectivo más amplio y rico en experiencias. A lo largo de este ciclo empieza a comprender el ambiente inmediato y a manejarse en nuevas situaciones. El juego, la experimentación y la realización de actividades de carácter globalizado parecen un medio eficaz para conseguirlo.

En estas edades, la familia es especialmente importante en la educación del niño. Es necesaria la colaboración y coordinación entre la familia y el centro a fin de actuar de modo congruente, consensuando pautas de actuación conjuntas y coordinadas y estableciendo de común acuerdo los límites por los que discurra el comportamiento del niño. Es especialmente importante su participación y ayuda en el período de adaptación del niño al centro y al aula.

Este enlace es muy útil para conocer como influyen las referencias espaciales en el cuerpo del niño y que tipo de relaciones hay. Es necesario que adquieran esta capacidad los niños para desenvolverse mejor en el mundo que les rodea.

Con este vídeo podremos conocer la situación de nuestro cuerpo en el espacio.


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